Anejo A

 

 

Para Reflexionar…

 

 

     “Erase una vez un campo de concentración en que vivía un prisionero que, a pesar de estar sentenciado, se sentía libre y carente de temor.

 

       Un día apareció en medio de la explanada tocando su guitarra y una gran multitud se arremolinó en torno a él para escuchar, porque, bajo el hechizo de la música, los que le oían se veían, como él, libres.

 

       Cuando las autoridades de la prisión lo vieron, prohibieron al hombre volver a tocar.

 

       Pero, al día siguiente, allí estaba él de nuevo, cantando y tocando su guitarra, rodeado de la multitud. Los guardiande se lo llevaron de allí sin contemplaciones y le cortaron los dedos.

 

      Y una vez mas al día siguiente, se puso a cantar y a hacer la música que podía con sus muñones llenos de sangre. Y esta vez, la gente aplaudía entusiasmada.

 

      Los guardianes volvieron a llevárselo y destrozaron su guitarra.

 

      Al día siguiente, de nuevo, estaba cantando con toda su alma. ¡Y qué forma tan pura y tan inspirada de cantar! La gente se puso a corearle y, mientras duró el cántico, sus corazones se hicieron tan puros como el suyo, y sus espíritus igualmente invencibles. Los guardianes estaban esta vez tan enojados que le arrancaron la lengua.

 

      Y para asombro de todos, al día siguiente estaba allí de nuevo balanceándose y danzando a los sones de una silenciosa música que sólo él podía oír.

 

     Y al poco tiempo, todo el mundo estaba alzando sus manos y danzando en torno a su sangrante y destrozada figura, mientras los guardianes estaban inmovilizados y no salían de su estupor”. (Antony de Mello).

 

 

 

    El joven que se ha encontrado con Cristo tiene una nueva vida y es libre; su corazon esta lleno de alegria, por que ha comenzado a vivir una fiesta que no termina.

 

 

    Iluminación:

 

         Todo el esfuerzo evangelizador de la iglesia diridido a la juventud va encaminado a hacer que los jóvenes descubran la persona de Jesucristo como su Señor, opten por Él y comiencen a vivir una experiencia de liberación personal y social dirigida a la construcción de la Civilización del Amor.

 

         Encontrarse con Cristo exige una conversión espiritual y social, asimilando todo lo positivo y abandonando el pecado y la maldad. 

 

         El joven que se ha encontrado con Cristo hace de su proceso educativo un camino de formación integral de su personalidad.

 

         Se prepara para aportar con su trabajo al bienestar común, abandonando el afán de riqueza desmedida.

 

         Cuida su salud física y espiritual.

 

         El joven de fe, así como comparte en fraternidad el Pan de la Eucaristía, se compromete para que a nadie falte el pan material y se compartan solidariamente los bienes creados por Dios.

 

         El joven que sigue el camino de Jesús cuida con respeto el medio ambiente humano y natural en que se desenvuelve. Se compromete en la arborización del país y cuidado de las plantas; evita ruidos innecesarios; colabora en la limpieza y ve la presencia de Dios en la naturaleza.

 

          La fe lo motiva a aprovechar el tiempo libre para divertirse sanamente, alejándose de todo lo que huele a vicio y corrupción.

 

          Controla su cuerpo y canaliza con madurez su sexualidad. Valora la maternidad y la paternidad y se prepara adecuadamente para el matrimonio y la formación de una familia que sea una Iglesia doméstica.

 

           Si siente el llamado de Dios a una vocación de consagración en el sacerdocio, la vida religiosa o un servicio laical, responde con generosidad y entusiasmo.

 

            El joven o la joven que a renacido en Cristo supera la tentación de las drogas, el alcoholismo y de todo lo que viole las leyes creadas para favorecer la fraternidad y convivencia social.

 

             Los jóvenes que han dicho Si a Cristo conducen a la humanidad hacia un mañana diferente.

 

              El joven y la joven que optan sinceramente por seguir el camino de Jesús son luz porque tienen el amor de Dios que los ilumina, y ellos mismos iluminan al mundo a través del amor.

 

 

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